Cada viaje tiene un inicio, una ruta y muchas paradas que lo hacen inolvidable… y nuestra aventura no iba a ser menos.
Dicen que existe un hilo rojo invisible que une a las personas destinadas a encontrarse, sin importar el tiempo, el lugar o las circunstancias. Ese hilo nos fue guiando hasta que, inevitablemente, nos cruzamos.
Todo comenzó en marzo de 2018, en un rincón del Pub Joven. Nuestras miradas se encontraron y empezó la primera etapa de esta historia. Cada noche juntos era una combinación perfecta, con conversaciones interminables que nunca queríamos que acabaran.
Llegaron escapadas, momentos compartidos y hasta unos meses “a escondidas” que hicieron nuestra aventura más interesante. Después se formalizó todo, con la locura de un nuevo piso, obra y mudanza… hasta que por fin encontramos calma y disfrutamos cada instante, aunque aún no vivíamos juntos.
El viaje nos sorprendió con una gran parada: la pandemia, que lejos de separarnos, nos unió más que nunca. Fue entonces cuando comenzó nuestra convivencia, compartiendo días y noches junto a Inma, disfrutando al máximo de nuestra pequeña familia.
Salimos reforzados, con más ganas de recorrer caminos y buscar destinos. Y así descubrimos una manera de viajar que nos apasiona: nuestra moto. Con ella vivimos paisajes inolvidables, kilómetros de risas y recuerdos que guardamos como sellos en el pasaporte de nuestro amor.
Más adelante, el destino nos regaló una etapa inolvidable: el nacimiento de nuestro pequeño Javier, fruto de lo que habíamos construido y de ese hilo rojo que nunca se rompió.
Y ahora toca marcar en el mapa una nueva parada: nuestra boda.
Un destino muy especial, porque el mismo hilo que nos unió aquel día en el Pub Joven nos conduce hoy hasta aquí, para seguir recorriendo este viaje contigo. Porque con tu compañía, todo tendrá mucho más sentido.